domingo, 1 de septiembre de 2013

Las emociones, los valores y el contexto en la toma de decisiones

Autor: Carlos Rossi

Cierta vez el autor fue convocado por una de las empresas automotrices más exitosas en Latinoamérica, para analizar la conducta de un colaborador que siempre había sido considerado honesto y leal a la organización, pero que ante la sospecha de los directivos de un mal manejo de presupuesto departamental por parte su lider, quedó bajo sospecha de cómplice, al no querer aportar información a la investigación y principalmente por no haber desenmascarado a su líder, que estaba atentanto contra la organización.

Antecedentes del colaborador:

  • 14 años de antiguedad
  • Conducta intachable
  • Querido por todos 
  • ganador de 5 premios de reconocimiento a su trabajo en la empresa

El subscripto trabajo con el colaborador por varias sesiones de coaching emocional hasta que llegó a descifrar el mecanismo por el cual su conducta habia sido infiel a sus principios y valores. Todo ocurrió así:

  1. El líder le propone firmar un documento adulterado sobornándolo con un porcentaje del futuro negocio.
  2. El colaborador luego de una fuerte discusión con su líder, renuncia por tal propuesta indecente, sosteniendo que él es una persona de fuertes valores y que su nombre ni el de su familia serpia manchado por nada.
  3. el colaborador llega a su casa y comunica a su esposa la situación y decisión tomada por él, a lo cual brinda su apoyo totalmente en beneficio del buen nombre familiar.
  4. Mientras el colaborador estaba pensando en como enfrentar la situación, la esposa nuevamente se acerca y le dice: "querido por favor piensa que estamos pagando los créditos del auto, la cuota 26 de la casa y que Julio y Roberto (hijos del matrimonio) están estudiando en la universidad (en distintos años). Donde vas a encontrar un sueldo de 14 años de antiguedad, comenzando de nuevo, para poder mantener todo lo que tenemos".
  5. El colaborador regresa a la organización y habla con su líder, antes de que su delito fuese descubierto.
Ahora la pregunta es: ¿Por qué negoció sus valores? y la otra es ¿de que depende esa elección?.

Hay distintas formas de reaccionar ante este hecho, y de acuerdo a las personas pueden ser infinitas maneras, pero hay ciertos rasgos de personalidad  que permiten aproximar la reacción posible:

  1. Las personas objetivas, poco emocionales y casi gerentes de familia, muy probablemente no ubieran negociado sus valores, diciendo algo así ante la conversación de su esposa: "NO ME IMPORTA, NOS AJUSTAREMOS, RECORTAREMOS LO INNECESARIO, IREMOS EN BUS, PERO JAMAS VAN A PODER DECIR NADA DE NUESTRA FAMILIA...ESTAMOS!!".
  2. Las personas orientadas a las relaciones, más emocionales y vulnerables a ser inestabilizados, más que nada por los problemas familiares, si son proclibe de negociar sus valores para no hacer sufrir a los que más quieren, en ocasiones a costa de su propio puesto de trabajo o libertad, como ha pasado en reiteradas veces.
CONCLUSIÓN: las emociones, de acuerdo al tipo de personalidad, pueden hacer "Tambalear" los valores de algunos de nuestros colaboradores más respetuosos, que quedarán en entredicho por un falso equilibrio emocional entre hogar y trabajo. En este caso el colaborador emocional es un fusible que puede explotar por ambas presiones.

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